martes, 6 de marzo de 2007

Etica y psicoanalisis

ETICA, TECNICA Y EL CARACTER CONJETURAL DE LA CIENCIA.
Juan Fco. Jordan M. y Jaime Coloma A.

En las revisiones que los autores hemos realizado previamente, sobre el tema que aquí exponemos, nos hemos encontrado con una característica tendencia a confundir ética con epistemología y moral con técnica.
Una expresión de lo señalado se aprecia en lo expuesto por Klimovsky, Dupetit y Zusman (1990). Ellos consignan como, desde Freud, el psicoanálisis amplió las hipótesis filosóficas o teológicas que hasta ese momento eran las que predominaban en el asunto que estamos discutiendo. Apuntan que el sólo hecho de formular estas hipótesis, pone al psicoanalista en una determinada posición en el plano de la ética.
Esta afirmación nos parece riesgosa porque, a nuestro entender, se ubica en un punto de apoyo sobre ética psicoanalítica que creemos crucial y controversial para nuestras estipulaciones al respecto. Nos referimos a la confusión que puede suscitar identificar la formulación de una hipótesis con algo que determine una posición ética.
La formulación de una hipótesis, cumple, en el desarrollo de una ciencia, el rol de orientar al científico en una situación enigmática, perfilándole un campo de exploración tentativo, de acuerdo a ciertas descripciones, que se suponen explicativas del sector enigmático de origen y que le posibilitan en la práctica, desarrollar operaciones en condiciones de incertidumbre . (Lolas,1991)
No nos parece que una actividad de este tipo comprometa una posición en el campo de la ética, como afirman los autores citados. Las hipótesis son conjeturas plausibles requeridas por la imperfección cognitiva del ser humano y necesarias para iniciar un avance en el conocimiento. Si una hipótesis compromete a alguien eticamente, es porque ese alguien construye su hipótesis para controlar la realidad y no para conocerla.
El problema que se plantea es de enorme trascendencia y se relaciona con una de las características tal vez más definitorias del hombre moderno en contraposición al hombre medieval, esto es, el hecho que desde la introducción del método científico, epistemología y ética se encuentran separados. Según Berman (1987), para el hombre medieval "Hecho y valor, epistemología y ética, son idénticos. '¿Qué es lo que sé?' y '¿Cómo debo vivir'? son la misma pregunta". (p. 51).
La posición del hombre medieval se encuentra determinada de antemano, como así también sus objetivos, ya que el significado es inmanente y le es asignado desde fuera, desde Dios. El hombre moderno, en cambio, debe buscar y encontrar sus propios objetivos, los cuales requieren de un acto de voluntad. Lo que debieran ser esos objetivos ya no puede deducirse lógicamente desde un significado inmanente y transcendente. Berman señala al respecto que "… la ciencia moderna está basada en una distinción marcada entre hecho y valor; puede decirnos únicamente cómo hacer algo, no qué hacer o si debiéramos hacerlo o no". (p. 51).
Que el psicoanálisis incluya al sujeto en su campo de investigación, podría estar contribuyendo a la posibilidad de reintegrar epistemología y ética desde un vértice ya no religioso, sino científico.
Dejamos abierta la pregunta para la reflexión. Valdría la pena considerar que, por una parte, la disociación entre conocer y actuar presente en el desarrollo de las ciencias naturales, ha significado pagar un alto precio en términos, por ejemplo, de la contaminación de nuestro medio ambiente y la amenaza de destrucción total proveniente de las tecnologías. Esto porque el conocimiento ya no determina lo correcto o incorrecto, sino se concibe como una actividad neutra. Sin embargo, por otra parte, la confluencia de ambas dimensiones, el conocer y el actuar, hace aparecer inmediatamente los temores de una regresión a un integrismo oscurantista en que todo está determinado desde lo universal.
Los psicoanalistas estamos en medio de estos riesgos. La neutralidad en nuestro conocer puede llevarnos a olvidar a la persona. La falta de neutralidad puede convertirnos en guías espirituales, imponiendo nuestros valores a los analizandos, según lo que nos indique el modelo teórico al que suscribimos.
Nos interesaría ahora explorar qué principio ético se relaciona con lo que a nuestro entender es lo más esencial del psicoanálisis, su caracter científico, tal como lo dice Racker (1976).
Hasta ahora, los psicoanalistas construímos teorías, pero no elaboramos leyes científicas, nuestro trabajo está constantemente apoyado en un piso hipotético. Vale decir nuestra disciplina se hace cargo "ad limitis" de un caracter conjetural de la ciencia. El mantener esa concepción como perspectiva estable, induce al riesgo y a la ansiedad, a un sentimiento de estar acogiendo cognitivamente la transformación constante de lo vivo, y orientándose en ello de acuerdo a la teoría, pero no a la ley.
En esta condición podría ser reasegurador transformar sin más nuestras hipótesis en leyes, y desde allí determinar que nuestras conductas psicoanalíticas son eticamente orientadas por leyes que, sin darnos cuenta, podemos tomar como verdades inmutables. Es interesante consignar al respecto la afirmación de Etchegoyen (1988) de "creer que cuando el paciente confirma o refuta nuestra interpretación, está también confirmando o refutando nuestras teorías".
Klimovski y col. (1990), estiman que "el establecimiento cada vez más riguroso del setting analítico, incluyendo la regla de abstinencia en su concepción más amplia, obligó a plantear una normativa, una serie de reglas y prescripciones que, aunque sea a título de asegurar la cura, empezaron a señalar lo que está bien y lo que está mal en un tratamiento". Queremos plantear que es digna de revisar la afirmación de Etchegoyen(1988), que se orienta en el mismo sentido que los autores que estamos considerando, cuando dice: "Hasta puede decirse que la ética es una parte de la técnica... La ética se integra en la teoría científica del psicoanálisis, no como una simple aspiración moral sino como una necesidad de su praxis". (p.27).
Creemos, en cambio, que toda praxis incluye la norma ética de ser ejercida correctamente para ayudar al otro de acuerdo a lo que indica la investigación en el período en que se ejerce la acción específica. Pensamos que es equivocado confundir reglas y prescripciones que aseguren la cura, con normas éticas. Lo ético es que un grupo científico investigue constantemente sus métodos de investigación y técnicas de abordaje, pensando en el mayor beneficio del ser humano. No que transforme en normas éticas lo que corresponde al campo del método y de la técnica. Estos pueden y, eventualmente, deben ser modificados de acuerdo al avance del conocimiento. El conocimiento se estanca si se transforman en normas éticas lo que corresponde a aislamiento de variables y formas de trabajo.
Nos parece pertinente precisar en este punto lo referido a la diferencia entre el llamado imperativo categórico del imperativo hipotético, tal como los postuló Kant. "Un imperativo es hipotético, si la orden que enuncia está subordinada como medio, a algún fin que se quiere alcanzar, o al menos, que se podría querer alcanzar… y es categórico si ordena sin condición". (Lalande, 1953). Las reglas técnicas coinciden con los imperativos hipotéticos. Los imperativos categóricos conforman el mundo moral. "Quedan excluídos del terreno de la ética los imperativos hipotéticos problemáticos, que constituyen la técnica y las aplicaciones de la ciencia…" (Escobar,1988)
Como señalábamos anteriormente, creemos que toda praxis debe ser ejercida correctamente, para ayudar al otro de acuerdo a lo que indica el estado del conocimiento, en el período en que se ejerce la acción requerida. No estaríamos de acuerdo en entender esto como la obligación moral de ajustar nuestra praxis a una norma de trabajo, como podría deducirse del escrito de Klimovski y col. En el ejercicio de una acción no se es correcto o incorrecto, por ajustar ésta a cierta exigencia de la técnica. Estas exigencias no pueden tener caracter universal y absoluto, dado que dependen del modelo teórico en que se sustentan Pensarlo así, significaría que se orienta la técnica como un principio moral y no como un requerimiento funcional. Supone acercarse a un modelo de santidad y no a un modelo de profesionalismo.
Nos parece atingente referirnos en este punto al primer artículo de Money-Kyrle (1944), cuyo propósito es hacer una contribución psicoanalítica a la moralidad en el ámbito de la política. Propone una "moral primaria" cuyos principios subjetivos, que serían descubrimientos empíricos del psicoanálisis, son: "Es malo (esto es genera culpa) herir o amenazar un objeto bueno; es bueno amar, reparar y defender a un objeto bueno; es también bueno odiar, atacar o destruir a un objeto malo, esto es cualquier cosa o persona que amenace destruir a un objeto bueno." (pp. 186-187). Esta moral primaria, según Money- Kyrle, seria universal y empírica, ya que sería una cualidad común a toda la especie humana. Desde esta moral primaria se desarrollaría una moral adulta que es relativa.
Nos interesa establecer para nuestra reflexión que la ética afecta a la conducta como un hecho en sí y no al significado de la conducta. Vale decir no es el significado de la conducta el que compromete lo ético. No es que se interprete que una conducta sea envidiosa, lo que la hace inmoral, sino que el comportamiento envidioso esté destinado a perjudicar a otro, llevándolo a cabo.
Pareciera que Money-Kyrle, sustenta su ética en el hecho que la realidad psíquica sustituye a la realidad externa, atributo del proceso primario. Pero no necesariamente un evento del mundo interno trasciende a la conducta y lo que interesa a la moral, lo reiteramos, es justamente la regulación de ésta. Lo que propone es una ética del mundo interno, cuya observancia conduce a la salud mental. Esto implicaría concluir que aquel que padece de insanía mental, estaría atacando sus objetos internos, y desde esta perspectiva estaría faltando a la ética.
Lo particular de su planteamiento reside en el caracter empírico que tendría la ética por él propuesta. Sin embargo en su contenido y en la moral desde ella derivada, no difiere mayormente de una ética de base judeo-cristiana, si se sustituye el objeto interno por una realidad trascendental.
Estas afirmaciones son corroboradas por el mismo Money-Kyrle (1977) cuando señala, que un análisis exitoso debería conducir a algo similar a convertirse en un santo, aunque menos fanático. "El individuo bien analizado -dice- ha descubierto que el mordió el pezón en la fantasía o algo parecido. Se ha arrepentido y ha hecho un duelo por este crimen y siente que los objetos buenos, que habían sido destruídos, reviven dentro de él, lo han perdonado y permanecen como un mentor interno. Presumiblemente, algo parecido o similar le ha sucedido al santo cristiano: él ha descubierto una parte Judas en él que ha traicionado a su Señor y habiéndose arrepentido amargamente y hecho un duelo por este crimen, siente que su Señor, que todo lo perdona, se ha levantado de la muerte dentro de él mismo." (p. 465). Acota que la diferencia estaría en que el santo ha cometido el crimen en el mundo externo, en cambio el crimen en el psicoanalizado sería en el mundo interno. Pero, en el inconciente el mundo interno y el externo son intercambiables. Concluye diciendo: "Yo no sé si es más fácil o más difícil llegar a ser un santo analítico de lo que es llegar a ser uno cristiano. Pero si al análisis se le permite continuar su desarrollo, pienso que será más fácil llegar a ser uno analítico. Las dificultades psíquicas son, tal vez, iguales, pero la técnica psicoanalítica para lidiar con ellas se está desarrollando. Mientras tanto tal vez, cada lado debería ser más caritativo con el otro". (p. 465).
Eigen (1981), por su parte, ha estimado que el modelo de la cura de Kohut - el cual propone la necesaria internalización transmutativa del buen analista en un super-yo benigno, que funciona como sistema regulador de la auto-estima- puede dejar al paciente como un niño sometido a su objeto interno bueno: "en efecto sometido a la 'tiranía de la bondad' ".
Hemos traído a colación estas citas y sus concomitantes reflexiones críticas, ya que nos parece inquietante el hecho de que un modelo científico pueda a llegar a constituirse en un estilo de vida, es decir en una normativa ética, colocandose la técnica al servicio de la transmisión encubierta de este modelo. Esto significa borrar los límites entre epistemología y ética, amparandose en un significado inmanente al propio ser, que puede tranquilizar psicológicamente, impidiendo el auto-descubrimiento, tan esencial al psicoanálisis, y al mismo tiempo hace desaparecer el carácter conjetural del modelo. Esto también es meritorio de una reflexión en torno a la ética del psicoanálisis.
Nos parece orientador concluir estas reflexiones con la propuesta de Popper (1982), al concebir una nueva ética profesional, destacando las consecuencias de adjudicarle un carácter conjetural a la ciencia.
Diferencia esta nueva ética profesional de la vieja ética. Reconoce que aunque ambas están basadas en las ideas de verdad, racionalidad y responsabilidad intelectual, la ética profesional antigua se fundaba "sobre la idea del saber personal y del saber seguro, por tanto sobre la idea de autoridad". Esta ética prohibe cometer errores. Debido a esto conduce al encubrimiento del error en favor de la autoridad. La nueva ética, en cambio, se apoya en el concepto del saber objetivo e inseguro, junto a las ideas de tolerancia y honradez intelectual. Propone doce principios fundantes de esta nueva ética profesional, de los cuales seleccionaremos seis:
1- Nuestro saber conjetural objetivo va siempre más lejos del que una persona puede dominar. Por eso no hay ninguna autoridad. 2- Es imposible evitar todo error. Los errores son continuamente cometidos por todos los científicos. La vieja idea de que se pueden evitar los errores, y de que por eso es obligado evitarlos, debe ser revisada: ella misma es erronea. 3- Naturalmente sigue siendo tarea nuestra evitar errores en lo posible. Pero precisamente para evitarlos debemos ante todo tener bien claro cuán difícil es el evitarlos y que nadie lo consigue completamente. 4- Debemos por tanto modificar nuestra posición ante nuestros errores. Es aquí donde debe comenzar nuestra reforma ético-práctica. Pues la vieja posición ético- profesional lleva a encubrir nuestros errores, a ocultarlos y, así, a olvidarlos tan rapidamente como sea posible. 5- Debemos tener bien claro que necesitamos a otras personas para el descubrimiento y corrección de errores ( y ellas a nosotros); especialmente personas que han crecido con otras ideas en otra atmósfera. También esto conduce a la tolerancia. 6- Debemos aprender que la autocrítica es la mejor crítica; pero que la crítica por medio de otros es una necesidad. Es casi tan buena como la autocrítica.
Ya en 1928, Ferenczi, adelantándose quizás a las concepciones que hemos expuesto, señaló: "Es necesario no avergonzarse nunca de confesar sin reservas los errores que se cometieron. No debe olvidarse nunca que el análisis no es un proceso de sugestión, que dependa primariamente de la reputación y de la infalibilidad del médico. Todo lo que pide es confianza en la franqueza y la honestidad del médico, honestidad que no se ve perjudicada por la franca admisión de posibles errores". (p. 83).
Creemos que concebirnos como profesionales que estamos constantemente rescatándonos de un error inevitable, puede llevarnos a considerar nuestros principios éticos en una perspectiva yoica y no super yoica. Reflexiva y no impositiva. Nos permite diferenciar ética de epistemología, moral de técnica. Algo que, a los autores, nos ha parecido tiende a confundirse, irradiando regresivamente desde esta confusión hacia toda la temática específica de la ética y la moral psicoanalítica.

REFERENCIAS
Berman, M. (1987). El reencantamiento del mundo. Santiago: Editorial Cuatro Vientos.
Escobar,G..(1988) Etica. Mexico D.F. : Mc Graw Hill.
Etchegoyen, H. (1988). El diálogo psicoanalítico. Psicoanálisis. 10 (1): 19-44.
Ferenczi, S. (1928). La elasticidad de la técnica psicoanalítica. En Problemas y Metodos del Psicoanálisis. 1a edición. (1966). Buenos Aires: Ediciones Hormé.
Klimovsky, G.; Dupetit, S.; Zysman, S. (1990). Psicoanálisis y ética: el origen de los conceptos éticos en Freud, su relación con el cambio psíquico y la cura analítica. Buenos Aires: APdeBA. Secretaría Científica.
Lalande, A. (1953). Vocabulario Técnico y crítico de la filosofía. Buenos Aires: Librería El Ateneo Editorial".
Lolas, F. (1991). Segundo Encuentro Chileno-Frances de Psiquiatría y Psicoanálisis. Universidad Diego Portales.Santiago, Abril 1991.
Money-Kyrle, R. (1944). Toward a common aim: A psychoanalytic contribution to ethics. En : Collected papers of Roger Money-Kyrle. 1978. pp:176-197. Scotland: Clunie Press.
Money-Kyrle, R. (1977). On being a psychoanalyst. En : Collected papers of Roger Money-Kyrle. 1978. pp: 457-465. Scotland: Clunie Press.
Popper, K. (1982) Tolerancia y responsabilidad intelectual. Ponencia en el Ciclo de Conversaciones sobre la Tolerancia en la Universidad de Viena. Texto publicado en: Sociedad abierta, universo abierto. Conversación con Franz Kreuzer. 2a edición. 1988. Madrid: Editorial Tecnos.
Racker, E. (1976). Psicoanálisis y ética. Revista del centro de investigación en Psicoanálisis y Medicina Psicosomática. 3(6): 9-40.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Profesor:
Si tomamos en cuenta que toda conjetura se realiza desde una posición determinada, en el sentido de que existen solo ciertas coordenadas desde donde ella es posible...
¿no se hace necesario sostener que toda conjetura es entonces ética?
¿no es la ética un antecedente de toda epistemología, teoría o técnica?

Jorge Silva Rodighiero

Anónimo dijo...

Hola Profe!

Soy Marko, no se si se acuerda de mi, soy el que siempre se sienta en el mismo asiento y que una vez le habló de Luhmann.

En la clase de ayer, viernes 20, habló usted sobre el Logos y cómo este se articula debido al discurso, y del cómo esta estructura sirve a la creación del sujeto sobre la cual es posible que emergan sistemas que añadan contenido a estas estructuras vacías.

Creo haberlo entendido bastante bien, y lo que pasa es que yo había tenido reflexiones similiares mucho antes de tener este curso, al menos un par de años, cuando leí mucho sobre sabiduría oriental, me llamó mucho la atención lo que decía sobre su máquina aspiradora de gramática y cómo afectaría nuestro mundo, pero más que nada me llegó la noción de "el solencio del Logos", frase que hace alusión a una instancia de la existencia (sobre la cual se basa nuestra existencia cotidiana) tan radical, que si uno lograra posicionarse (o al menos acercarse) en esta, no habrían objetos, conceptos, preposiciones, ideaciones, no habría relación yo-objeto ya que el yo y el objeto no existen, es decir, son la misma cosa.

Y me recordó particularmente a un tipo de enseñanza de esta sabiduría, que la aplican los maestros de la escuela Rinzai del Budismo Zen, los llamados "Koans". Los Koans son unos acertijos que no pretenden ser resueltos, no existen para tener solución, al menos no dentro de la lógica del lenguaje cotidiano del que emergen, sino que su objetivo es hacer "despertar" al discipulo, hacerlo que se conecte con el presente, que abandone el pensamiento y sus ideas sobre el mundo, llevándolo un poco a la materia de clases, alejándolo de la Representación de la Cosa del Mundo para poder observar, observar como un espejo. Se lo expongo a continuación:

El maestro le dice a su discípulo que medite en un Koan… Ponen un pequeño ganso adentro de una botella, y ahí lo alimentan y nutren… Este ganso se va haciendo cada vez más grande, más grande y más grande, hasta que llena toda la botella… Llega un punto en que es demasiado grande y no puede salir por el cuello de la botella el cual es muy pequeño… Y el koan dice que tienes que sacar al ganso sin romper la botella… y sin matar al ganso…

La cosa se vuelve un rompecabezas…

¿Qué puedes hacer?… El ganso es demasiado grande, no puedes sacarlo a no ser que rompas la botella, pero esto no está permitido... O puedes sacarlo matándolo, pero esto tampoco está permitido…

De esta manera, el discípulo medita día tras día y no encuentra la forma… Piensa en esto y aquello, pero en realidad no hay manera… Cansado, extremadamente exhausto, tiene una repentina revelación… de pronto entiende que su maestro no puede estar interesado ni en la botella ni en el ganso, que tienen que representar algo más… La botella es la mente, y tú eres el ganso… Pero al ser un testigo es posible… Incluso sin estar realmente en la mente, puedes identificarte tanto con ella, ¡que llegás a sentir que estás en ella!

Entonces, el discípulo va corriendo a ver a su maestro para decirle que el ganso está afuera, y el maestro dice:

"Lo entendiste… Ahora, mantenete afuera… El ganso jamás estuvo adentro…"

Obviamente hay que hacer una traducción conceptual, en este fragmento, la palabra mente hace referencia a ambos estratos de categorización linguística, es decir, estructura y contenido, corresponde a ese motorcito que nos mantiene pensando constantemente y de tal manera generando una poscición sobre el mundo y dando luz a una identidad con "lo que piensa".

Desde aquí podemos comprender lo que nos dice el Koan, y de pasada entender lo que busca el Zen, a saber, ser conscientes de que uno no es su mente, o bien que estas categorizaciones no son nada más que un relativismo contingente que se vuelve tan cotidiano que se valida por repetición. Escuchar el Silencio del Logos sería acceder a esta posición de testigo, en la que uno se escapa de la mente (o de la influencia del discurso sobre una persona), experiencia desde la cual uno puede constatar que lo real no es la representación de la cosa del mundo, sino la cosa en sí, o quizás en un nivel más profundo, la nada (recordando siempre que el saber no puede comunicarse sin traducirse a conocimiento). Es esa la aspiración budista, llegar a esta constatación mediante la meditación, es a este estado al que hace referencia la palabra japonesa "Satori", o la Pali "Nirvanna" que significa literalmente "extinción", extinción de la poscición que genera identificación y por lo tanto sufrimiento.

Tomando toda esta reflexión, estoy completamente de acuerdo con lo que dijo sobre el hecho de que el Yo y el Objeto son co-originarios, y eso porque había llegado a esa conclusión hace un par de semanas preparando la exposición de la ayudantía.

El lenguaje no se puede dar en la individualidad, el lenguaje implica compartir significados y para eso es necesaria algún tipo de sociedad, mi reflexión (y la de mi compañera de exposición ya que fue un diálogo) giró en torno a que el ser humano es dividido por la palabra (entendiéndola cómo discurso que estructura), que en su origen, en un estado pre-linguístico, el ser humano vivía escuchando el silencio del logos.

Y digo que el ser humano es dividido ya que por el hecho de que el lenguaje sea generado en sociedad, una vez que delimitamos algo lo definimos, y al hacer eso con el objeto la misma acción nos pone en juego a nosotros y nos vemos delimitados, el nacimiento del Yo.

Y de ahí viene toda la parafernalia de que si existe un Yo hay cosas que no caben dentro de este Yo debido a que socialmente hay cosas permitidas y otras no, el nacimiento del Inconsciente, la Represión y la Neurosis entre otros.

Esto fue conversado en la ayudantía, fue bastante interesante, hubo discusión, mi "descubrimiento" fue que, de ser cierto todo lo que he expuesto ahora, y si es posible acercarnos al silencio del logos, al no-ser, al vacío, si es posible progresivamente mediante la meditación des-identificarnos de nuestra posición en el mundo (matar el yo, al menos temporalmente) llegaríamos a un estado en el cual todo esta estructura psíquica se vería debilitada (hablo de las divisiones Consciente-Inconsciente, la Neurosis). Esto lo considero como posibilidad bajo parámetros similares a los que el Psicoanálisis en sus inicios postuló la existencia de este mecanismo, o sea, Testimonios, Eficacia de la meditación al curar, mejorar la calidad de vida, estado anímico, a su coherencia lógica y experiencias personales (este verano estuve meditando una semana en un monasterio Zen en donde tuve los sueños más vívidos, continuados y largos que he recordado tener, ¿no es eso signo de disminución de la represión?).

Llegué a la conclusión de que las ideas sobre las cuales se basan muchas tradiciones espirituales son exactamente las mismas que discutimos en clases, el silencio del logos es lo mismo que el Tao, supongo que ha leido el Tao Te King y se ha dado cuenta de esto, y si no es este el caso, le recomiendo que lo haga!.

Otras ideas del psicoanálisis también han sido esbozadas desde tiempos antigos, desde el mismo budismo, en las cuatro nobles verdades, la primera de ellas versa "La vida es sufrimiento", a la cual le sigue "Uno sufre por que desea", que sería la misma idea de que uno nunca se enamora en la justa proporción.

Ejemplos como éste creo que hay por montón, le quería comentar esto, y disculpe por extenderme tanto, porque son cosas que me emergen en la clase y después de ella y quería expresar mi idea por completo y no creo que hubiera sido atinado tratar de hacerlo en la clase. También porque a mi y a otros compañeros nos gustaría que hablara un tanto sobre lo que opina al respecto, que opina sobre la meditación y de ser sus supuestos ciertos y sus posibilidades realizables, que consecuencias tendría para la vída de una persona desde el punto de vista psicoanalítico. Quizás también le sirve para aclarar a alguien una que otra idea.

Bueno profe, no lo molesto más, gracias por tomarse el tiempo y espero que haya quedado contento con la reflexión, nos vemos el viernes.

Chao!

Anónimo dijo...

Para que se "haga necesario", se necesita mostrar, aunque sea proponer, cómo esto ocurre. Y el comentario superior no satisface ese basico requerimiento argumentativo, sugiriendo asi la existencia de un nexo causal y necesario donde solo parece existir la posibilidad de una argumentacion contingente. La afirmación, sostenible, y argumentable, de que "toda conjetura es ética", no es deduce, necesaria y lógicamente, del hecho de que sea supuestamente inherente a cualquier teoría el desplegarse desde una posicion especifica.
La frase siguiente, en cambio, parece un poco mas interesante, aunque todavia no se desprende de el texto que la antecede. La idea de que la ética sea anterior a toda otra tipo de acceso a un objeto tiene un gran aliado en, por ejemplo, Levinas, para quien la etica (o en su lenguaje, la metafisica), viene antes incluso que la ontologia (como ciencia del ser); lo propio del ser humano es que (a diferencia del dasein heideggeriano) tiene mas responsabilidad ("se preocupa mas") hacia el otro que hacia sí mismo. Pero, insisto, ésta preponderancia de la ética tiene relacion con meditaciones relacionadas a diferentes ideas a la necesaria delimitación de la realidad hecha por una teoría.